Francis Bacon vivió bajo el reinado de Isabel I y Jacobo I, un tiempo de grandes transformaciones, en donde Inglaterra se expandió territorialmente hasta convertirse en la mayor potencia mercantil del mundo. Entre los siglos XVI y XVII se rompió con el orden concebido hasta el renacimiento, tanto desde el punto de vista social como del natural. Un ejemplo ampliamente conocido de esta ruptura fue la revolución astronómica. Estos cambios fueron vividos como pérdidas, lo que contrasta abiertamente con nuestro tiempo, en donde se extiende cada vez más la idea de que todo cambio tiene comportamiento de progreso. Bacon hacía de todo, su obra varía entre escritos políticos, jurídicos y morales, meditaciones religiosas, ensayos, sentencias y aforismos, tratados de historia, un método de lógica, un volumen sobre fábulas clásicas y poesías, además de una novela utópica llamada La Nueva Atlántida. Todo esto lo escribió en inglés y en latín, y su estilo podía variar entre descarado, irreverente y
Migrando entre temas y escribiendo sobre ello.